¿Cuántas veces has sentido que el miedo, las críticas y el qué dirá la sociedad te paraliza y te impide realizar lo que más deseas? Esto le pasa a más personas de las que pudieras imaginar, incluido a Marciano Moreno, un hombre que en su adultez decide ir a un grupo de autoayuda para tratar de entender la raíz de sus problemas.

Bajo el lema de Tengo amor, Soy amor y Doy amor, el telón se abrió de par en par en punto de las 21:05 horas para recibir a Odin Dupeyron en el Auditorio Pabellón M la noche del jueves y contar a través de su personaje una de las frases que su mamá lo educó y marcó su vida ¡A vivir!, es el mensaje que compartió con gran entusiasmo.

En este monólogo que ha presentado a lo largo de 13 años y 1,700 representaciones de manera ininterrumpida con gran éxito explica de una forma original, entretenida y dinámica una recapitulación de la vida de Marciano como testimonio de cierre de su taller terapéutico con el Dr. Augusto.

Durante esta cómica charla en la que el actor arrancó carcajadas al por mayor, trae al presente las anécdotas de su infancia en convivencia con sus padres Sofía y Martín, junto a sus dos hermanos; también describe la manera de como él y su madre eran tan diferentes al resto de la familia e incluso de la sociedad teniendo que lidiar con ello y confrontarlo.

También toco otros temas sobre el concepto de familia, la libertad, el autoconocimiento, la fé y la religión narrado con recursos como el sarcasmo, la sátira y el humor negro; mientras se desenvuelve sobre un escenario en el que hay solo una mesa, una silla y un tapete a su lado izquierdo y un árbol en una maceta junto a otra silla pequeña al derecho.

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