Redacción :Christian Garcia
En punto de las 21:25 horas del viernes 28 de enero, la cantante española Mónica Naranjo salió al escenario de la Arena Monterrey para reencontrase con su fans regios quienes la recibieron con una ovación de pie.
“Llévate ahora” fue el primer tema que la cantante interpretó, y aunque alguna fallas técnicas la sacaron de concentración, su impecable voz, la compañía de su pianista el maestro Pepe Herrero, y la sola presencia de Naranjo llenaron el escenario, sin importar todo al rededor.
“Buenas noches Monterrey, está cita tuvo que haber sido hace 18 meses, pero no pudimos cruzar el charco por obvias razones.
En estas próximas dos horas el maestro (Pepe) Herrero y yo vamos a interpretar un recital hermoso de un disco precioso llamado ‘Minage’, vamos a tocar cada uno de esos cortes simpáticos, espero que la pasen muy bien como nosotros lo hemos hecho, y cerrar está gira de México aquí en Monterrey”, expresó Mónica.
El concierto se realizó con solo dos mil 800 asistentes, pues las nuevas restricciones del COVID-19 así lo indican y tanto la estrella como el recinto así lo acataron.
Con dos cambio de vestuario, además de una lista de temas que hace más de dos décadas la hicieron ser un personaje icónico en la industria d el amusica, fue con lo que Naranjo acaricio cada sentido de los aislantes y deleito una noche que aunque fría, con su voz fue más que calidad para cada uno de sus fans.
Después de una pequeña pausa apoyada por un video donde algunos fanáticos expresaban como “Minage” cambio o marco su vida hace 20 años, Mónica regreso para invitar al publico y hacer “un conjuro” de amor.
“En una noche como hoy vamos a hacer un conjuro con el amor, la salud y la prosperidad”, expresó la española para seguir con “Inmensidad” y “Siempre fuiste mío”, haciendo que nuevamente los aplausos y gritos retumbaran en la casi vacía Arena Monterrey.
Casi al final del espectáculo y mientras el público esperaba escuchar el tema “Sobrevivire”, el más icónico de esa producción, dos chicas subieron al escenario para declararse su amor y pedirse matrimonio, lo cual emociono a Mónica y a los presentes de la velada.