Redacción : Arturo Roti

El pasado 9 de marzo, en el ferviente corazón de la comunidad metalera regia se consumó una velada inolvidable para los amantes del metal extremo, ya que el Café Iguana abrió sus puertas para recibir a la gira “Muerte Por Vida-Muerte A Todos Tour 2024” de Death To All.

Ante un lleno total, los fanáticos se congregaron para rendir homenaje al legendario Chuck Schuldiner, líder y fundador de la icónica banda Death, en una noche cargada de furia, poder, emoción y, por supuesto, metal.

Desde el momento en que se alzó el telón, el ambiente vibraba con la anticipación y la emoción de los presentes. La noche prometía ser un tributo a la altura del legado de Schuldiner, y Death To All no defraudó en absoluto. Con Steve DiGiorgio y Max Phelps liderando la carga, la banda se adentró en un setlist meticulosamente seleccionado que abarcó lo mejor del catálogo de Death.

 

La apertura del concierto fue magistral, con temas emblemáticos como “Open Casket” y “The Philosopher” que encendieron al público desde el primer acorde. El Café Iguana se convirtió rápidamente en un hervidero de actividad, con varios slams y mosh pits que se formaron a lo largo de la tocada, mostrando la entrega y la pasión de los asistentes por la música de Death.

A lo largo de la noche, la banda nos llevó en un viaje a través de clásicos atemporales como “Suicide Machine” y”Living Monstrosity”. Cada canción resonaba con la intensidad y la ferocidad que caracterizaban el sonido único de Death, y el público respondía con entusiasmo, coreando cada letra y entregándose por completo al momento.

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó cuando Steve DiGiorgio tomó el micrófono por primera vez y dirigió unas palabras al público en español. Con una voz llena de emoción, DiGiorgio destacó el propósito de la gira y el tributo que estaban rindiendo a Chuck Schuldiner. La respuesta fue abrumadora, con los asistentes coreando el nombre de Chuck en un gesto de respeto y admiración.

“Esto que estamos haciendo, este tributo por doce años, puede que algunos sea la primera vez que ven este show, y esto tiene una sola razón: conmemorar la vida, la música, la amistad de nuestro hermano Chuck”, declaró DiGiorgio, antes de incendiar el recinto con una apasionada interpretación de “Symbolic”.

En medio del caos y la furia del escenario, con tracks como “Infernal Death”, “Scavenger Of Human Sorrow”, “WithinThe Mind”, “Crystal Mountain” hubo tres figuras que destacaron por su maestría y destreza musical. Steve DiGiorgio, con su bajo de tres cuerdas y sin trastes, desafió todas las expectativas al sacar notas impecables con sus dedos recorriendo el mástil con una fluidez impresionante.

Su habilidad para crear líneas de bajo complejas y envolventes agregó una capa adicional de profundidad y textura a cada canción, demostrando por qué es considerado uno de los bajistas más virtuosos del metal. Por otro lado, Bobby Koelble deslumbró en la guitarra, mostrando una técnica magistral y una precisión quirúrgica en cada acorde y riff. Su dominio del instrumento fue evidente en cada nota, llevando las composiciones de Death a nuevas alturas con su estilo único y su creatividad desbordante. Y no podemos olvidar a Gene Hoglan en la batería, cuya fuerza y precisión fueron la columna vertebral del espectáculo. Con una técnica impecable y una energía inagotable, Hoglan mantuvo el ritmo frenético del concierto con una maestría indiscutible, demostrando una vez más por qué es conocido como “TheAtomic Clock”. Juntos, DiGiorgio, Koelble y Hoglanformaron un trío imparable, dando cátedra de virtuosismo y talento en cada compás y dejando una impresión imborrable en la mente de todos los presentes.

El concierto culminó con un encore explosivo que incluyó temas como “Zombie Ritual”, “Spirit Crusher” y “Pull thePlug”, dejando a los fanáticos extasiados y con ganas de más. Pero más allá de la música, lo que realmente hizo que esta noche fuera especial fue el sentido de comunidad y camaradería que se vivió en el Café Iguana. Desde los momentos de euforia hasta los gestos de aprecio y gratitud entre la banda y el público, fue evidente que esta noche fue mucho más que un simple concierto.

Con su gira por México y su posterior viaje por Estados Unidos, Canadá y Australia, Death To All continúa expandiendo el legado de Chuck Schuldiner y manteniendo viva su memoria en los corazones de los fanáticos de todo el mundo. Su música puede haber trascendido las barreras del tiempo, pero su espíritu sigue resonando con fuerza en cada acorde, en cada nota y en cada alma que se entrega al poder del metal.

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