Redacción: Arturo Roti
El 20 de septiembre de 2024, Monterrey vivió una noche histórica en el Café Iguana, cuando Riot V llegó para incendiar el escenario en el marco del 20 aniversario de DarkVision. El mítico lugar se convirtió en un santuario del heavy metal, con una multitud ansiosa por experimentar el poder y la energía de una banda que ha sido pilar del metal durante más de cuatro décadas.
Desde el primer acorde de “Hail to the Warriors”, el público supo que estaba a punto de ser testigo de algo especial. Con un comienzo demoledor, la banda presentó material de su último álbum, *Mean Street*, y la respuesta fue inmediata. La audiencia, que incluía desde jóvenes metaleros hasta veteranos de la escena, se sumergió en un mar de energía que solo aumentó cuando la banda hizo un salto temporal a 1988 con “Fight Or Fall”, un tema que evocó recuerdos y provocó una euforia palpable entre los presentes.
No obstante, fue con “Fire Down Under” cuando el concierto alcanzó uno de sus primeros puntos álgidos. Este tema, que da nombre a su legendario álbum de 1981, es una joya del heavy metal y fue recibido con una explosión de gritos y puños en alto, mostrando el respeto y la admiración que el público tiene por la historia de Riot.
Riot, una banda que nació en Nueva York en 1975 bajo la visión de su fundador Mark Reale, ha experimentado numerosas transformaciones a lo largo de los años. Sin embargo, su esencia ha permanecido intacta, y esa noche en Monterrey, la banda lo demostró con creces. La selección de temas como “Road Racin” y “Feel The Fire” fue un recordatorio de su capacidad para crear himnos atemporales que resuenan en los corazones de los fanáticos de todas las edades.
La noche continuó con un recorrido implacable por su discografía, incluyendo clásicos indiscutibles como “Warrior”, “Johnny’s Back”, “Restless Breed” y “Bloodstreets”. Cada uno de estos temas fue recibido con una intensidad que transformó el Café Iguana en una máquina del tiempo, donde el pasado y el presente del metal convergieron en una celebración de pura adrenalina. Los veteranos en la audiencia, algunos de los cuales habían esperado décadas para ver a Riot en vivo, no podían contener su emoción, mientras que los más jóvenes parecían hipnotizados por la maestría de la banda.
El momento de la verdad llegó con la triada final del setlistprincipal: “Flight of the Warrior”, “Swords & Tequila” y “Thundersteel”. Estas canciones son pilares del repertorio de Riot, y esa noche no fueron la excepción. El Café Iguana vibró al unísono con cada nota, y el público se dejó llevar por el frenesí del metal, cantando a pleno pulmón y moviéndose al ritmo frenético que la banda imponía desde el escenario.
Pero la noche aún tenía más que ofrecer. Tras una breve pausa, Riot V regresó para un encore que cerró la velada con broche de oro. “Outlaw”, “Magic Maker” y “Sign Of The Crimson Storm” fueron los últimos disparos de una noche que ya era legendaria. Cada miembro de la banda demostró estar en su mejor forma, con Don Van Stavern en el bajo, Mike Flyntz en la guitarra, Frank Gilchriest en la batería, Todd Michael Hall en la voz y Nick Lee en la guitarra, todos ellos entregando una actuación que honró el legado del fallecido Mark Reale y dejó claro que Riot V es una fuerza imparable en el mundo del metal.
La noche terminó con una ovación ensordecedora y la sensación de que, tanto la banda como el público, habían compartido algo especial, un momento en el tiempo que quedará grabado en la memoria de todos los presentes. DarkVision, por su parte, fue el artífice de esta celebración que, sin duda, se convertirá en un referente para futuros eventos en la ciudad.
Larga vida a Riot V y a Dark Vision. ¡Que sigan los conciertos legendarios en Monterrey!