Redacción: Arturo Roti
Therion regresó a Monterrey el pasado 15 de octubre para ofrecer una noche que quedará grabada en la memoria de los regios, siendo una de las presentaciones más esperadas en el Café Iguana. El concierto formó parte de los festejos por el 20 aniversario de la tienda Dark Vission, y la mítica banda sueca demostró por qué sigue siendo un pilar del metal sinfónico. Desde temprano, el lugar se encontraba a reventar, con una asistencia tan numerosa que ni una sola alma más pudo entrar al recinto, creando una atmósfera de expectativa y emoción palpable.
La velada comenzó con la banda alemana Molllust, liderada por la talentosa Janika Gross, quien no tardó en ganarse al público regio con su presencia y poderosas interpretaciones. Temas como Voices of the Dead, Venus – Poems of Love y Mars – The Game is Over_ fueron coreados con fervor por los asistentes, quienes respondieron con entusiasmo y energía. La calidez con la que Monterrey recibió a Molllustno dejó lugar a dudas: Janika y su banda tienen un lugar especial en el corazón de los metaleros mexicanos.
A las 9 en punto, las luces se apagaron y el escenario fue tomado por Therion, quienes iniciaron con la monumental Seven Secrets of the Sphinx parte de su aclamado álbum Deggial. Christofer Johnsson guió a la banda en una noche cargada de magia, y desde el primer acorde, el público se entregó por completo. The Crowning of Atlantis y Ruler of Tamag fueron solo el inicio de un setlist épico que llevó a los asistentes por un recorrido por los álbumes más importantes de su carrera.
Uno de los momentos más destacados fue la interpretación de Ginnungagap, donde las voces de Thomas Vikström, Rosalía Sairem y Lori Lewis se entrelazaron a la perfección, creando un ambiente único de armonías y guturales que transportaron a los asistentes a otro mundo. A medida que avanzaba la noche, temas como Ninkigal, Uthark Runa y Clavicula Nox elevaron la energía en el lugar, con el público participando activamente, coreando y headbangeando sin descanso.
Con el público en el punto máximo de euforia, Theriondesató sus clásicos Typhon, Black Sun y El Primer Sol, que resonaron como himnos de culto. Pero la verdadera explosión de la noche llegó con temas esperadísimos como Mark of Cain, Ayahuasca, Wine of Aluqah y la imponente Quetzalcoatl, haciendo vibrar las paredes del Café Iguana. El set estuvo tan bien armado que no dejó respiro, manteniendo la intensidad y la conexión con los asistentes en todo momento.
El momento cúspide llegó con el plato fuerte: Lemuria, SitraAhra y To Mega Therion, donde la audiencia se entregó por completo en una comunión de voces y energía. Aunque la banda se retiró, la petición de encore no se hizo esperar, y Therion regresó para cerrar la noche con broche de oro al interpretar The Rise of Sodom and Gomorrah y Cults of theShadow. El final fue apoteósico, dejando a los fanáticos eufóricos y con la sensación de haber sido parte de algo grandioso.
Therion demostró que su legado está más vivo que nunca, con una ejecución impecable y una entrega total en el escenario. Monterrey, una vez más, fue testigo de una noche legendaria en el Café Iguana que lució abarrotado y vibrante, siendo el epicentro de una noche épica donde el metal sinfónico y el cariño por la banda se fundieron en una atmósfera mágica. Con un setlist cuidadosamente seleccionado que cubrió casi toda su carrera, la banda, liderada por Christofer Johnsson, demostró por qué sigue siendo una leyenda del género. La conexión con su público fue innegable, y quedó claro que Therion sigue reinando en el corazón de sus fans.