Redacción: Arturo Roti
La noche de ayer, el Café Iguana fue testigo de una auténtica carnicería musical cortesía de Carcass, la legendaria banda británica de death metal melódico y grindcore, quienes destrozaron el escenario ante un recinto repleto de fanáticos sedientos de riffs demoledores y blast beats. Este memorable concierto formó parte de la celebración del 20 aniversario de la tienda Dark Vission, un emblema para la escena metalera de Monterrey.
Desde las primeras horas de la tarde, el ambiente en el Café Iguana ya era perfecto. Camisetas negras con los nombres de discos como “Heartwork”, “Surgical Steel” y “Symphoniesof Sickness” dominaban el panorama. La comunidad metalera de la ciudad se unió para rendir homenaje a una de las bandas más influyentes del género y a Dark Vission, que por dos décadas ha sido el hogar de los seguidores del metal en Monterrey.
Un inicio demoledor
A las 9:10 p.m., las luces se apagaron, y los rugidos de los fanáticos marcaron la cuenta regresiva para el caos que estaba a punto de desatarse. De inmediato, Carcass inició las hostilidades con “Buried Dreams”, tema extraído del icónico álbum “Heartwork” (1993), desatando los primeros empujones y slams en el público. La energía se elevó al máximo desde el primer acorde, con un Jeff Walker al frente, demostrando que su voz sigue tan poderosa como siempre, y un Bill Steer imparable con su guitarra, disparando riffs como si fueran cuchillas afiladas.
El despliegue de brutalidad continuó con “TomorrowBelongs to Nobody”, un clásico cargado de rabia visceral, seguido de “Death Certificate”, que hizo retumbar cada esquina del Iguana. Los fanáticos no dejaron de armar el mosh pit, creando un ciclón de adrenalina que parecía imposible de detener. La banda mantuvo el frenesí con el contundente “Black Star” y la melancolía bestial de “ThisMortal Coil”, donde cada nota y cada gutural de Walker retumbaban en los corazones de los asistentes.
El equilibrio entre clásicos y modernidad
La euforia continuó cuando Carcass desempolvó uno de sus himnos más queridos, “Keep on Rotting in the Free World”, del álbum “Swansong” (1996), un track que arrancó gritos y aplausos de los presentes. Pero no todo fue nostalgia; la banda también entregó momentos épicos con temas de su más reciente álbum, “Torn Arteries” (2021), incluyendo la estridente “Dance of Ixtab”, un tema que mezcla perfectamente la esencia clásica y moderna de Carcass.
A lo largo del show, la banda se mostró en plena forma. Daniel Wilding, en la batería, ofreció un solo espectacular, con precisión quirúrgica y una fuerza avasallante que dejó claro por qué es uno de los mejores bateristas del género. Mientras tanto, Steer no paraba de lanzar “hachazos” con sus solos y riffs que se incrustaban como bisturíes en la mente de los asistentes. La química en el escenario fue evidente, y el público respondió con devoción absoluta.
El final de una noche para la historia
Tras una descarga implacable de death metal, llegó el momento de cerrar la noche. Carcass regresó a sus raíces con **”Heartwork”**, el tema que le dio título a su icónico álbum de 1993. Fue el clímax de una noche inolvidable, donde las voces de los fanáticos corearon cada palabra mientras el Café Iguana temblaba con la energía de los presentes.
Y así terminó una noche cargada con una buena dosis de brutalidad excesiva que incluyó demasiada técnica, dejando a los asistentes con los oídos zumbando y la satisfacción de haber presenciado a una de las bandas más importantes del death metal mundial.
Celebrando dos décadas de Dark Vission
El concierto de Carcass no solo fue un triunfo para la banda, sino también un homenaje perfecto al legado de Dark Vision, la tienda que durante 20 años ha nutrido y fortalecido la escena metalera en Monterrey. Fue una noche de celebración, sudor, gritos y riffs demoledores, una de esas que quedan grabadas para siempre en la memoria de los que tuvieron el privilegio de estar ahí.
Si algo quedó claro, es que Carcass no solo sigue en la cima de su juego, sino que su música sigue siendo una fuerza imparable demostrando que el metal extremo está más vivo que nunca. Una velada brutal, feroz y, sobre todo, inolvidable.