Redacción: Arturo Roti
El Café Iguana se convirtió en un campo de batalla el pasado 7 de febrero, cuando dos titanes del thrash metal alemán, Assassin y Exumer, desataron un ataque sonoro devastador en la ciudad. Los fieles seguidores del género, tanto jóvenes como veteranos de la vieja escuela, se dieron cita para una noche de caos, velocidad y riffs demoledores.
Assassin: Despertando la bestia con puro thrash
Las hostilidades comenzaron a las 9:20 PM, cuando Assassin irrumpió en el escenario con la potencia de un tanque de guerra. El primer disparo de la noche fue “BloodFor Blood”, de su más reciente EP Skullblast, dejando claro que no había tregua. Sin dar un respiro, lanzaron “Breakingthe Silence”, provocando el primer gran moshpit de la noche, con un público poseído por la furia de los riffs y el ritmo frenético de la batería.
El bajo de Joachim Kremer resonó con fuerza en la intro de “Last Man”, un épico regreso a The Upcoming Terror (1987), que encendió la nostalgia en los más veteranos. Pero Assassin no solo vive del pasado: temas recientes como “No More Lies” y “Skullblast” demostraron que la banda sigue más vigente que nunca.
La guitarra de Jürgen Scholz, único miembro original de la agrupación, se sintió como un hachazo en el cráneo en cada riff, mientras la voz de Ingo “Crowzak” Bajonczak rugía con una ferocidad impresionante. El frenesí continuó con otro viaje al pasado con “Baka”, que desató una tormenta de empujones y puños en el aire. Con la energía al máximo, Assassin descargó “In And Out Of The Side”, “Fight To Stop Tyranny”, y para el cierre, una brutal despedida con “Bullets”.
Exumer: Un debut en Monterrey de alto calibre
Tras un breve descanso, el telón se abrió y la verdadera carnicería comenzó. Era el turno de Exumer, quienes por primera vez pisaban tierras regias tras casi 40 años de historia. Y lo hicieron con la fuerza de un huracán, arrancando con “The Raging Tides”, una explosión de thrashcon la que el vocalista Mem Von Stein contagió su energía a todos los presentes, haciendo que el slam se reactivara con aún más brutalidad.
El ataque continuó con “Brand Of Evil”, antes de soltar el primer himno de la noche: “Journey To Oblivion”, del legendario Possessed By Fire (1986), que hizo retumbar el recinto con una ovación ensordecedora. A esto le siguieron “The Weakest Limb” y “Hostile Defiance”, canciones que parecían alimentar aún más el frenesí de los asistentes.
El momento más visceral de la noche llegó con “Catatonic”, un terremoto sonoro que hizo vibrar el Café Iguana. Aquí, incluso los veteranos de la escena thrash, esos cincuentones curtidos en conciertos de antaño, se metieron al moshpit con la misma intensidad que los más jóvenes. Como recompensa, Exumer les regaló otro clásico: “Fallen Saint”, seguida de “A Mortal In Black”, demostrando por qué su legado sigue más vivo que nunca.
El asalto continuó con “Vermin Of The Sky”, “Dust Eater”, y otro cañonazo de los ochenta, “Xiron Darkstar”. Para cerrar el set principal, la oscura y demoledora “Dark Reflections” dejó al público pidiendo más.
Pero aún quedaban municiones en el arsenal. Exumerregresó al escenario con dos bombas definitivas: “Fire & Damnation”, que puso a todos a corear con furia, y el gran final con “Possessed By Fire”, el himno que los fans esperaban desde hace décadas.
Una noche para la historia
Monterrey fue testigo de un evento inolvidable, una noche en la que Assassin y Exumer reafirmaron su estatus como leyendas del thrash metal. Con un sonido demoledor, un público entregado y una energía que solo el metal puede generar, Ambas bandas desataron una tormenta de thrashmetal que sacudió hasta la última fibra de los asistentes.
Antes de despedirse, Mem Von Stein lanzó una promesa desde el escenario:
“Esto no termina aquí. Volveremos a Monterrey”
Y con eso, se bajó el telón de una de las noches más intensas que el Café Iguana haya presenciado en mucho tiempo.
