Redacción: Diana Alvarado
La noche del 3 de octubre de 2024, Siddhartha se presentó en la Arena Monterrey, ofreciendo un espectáculo inolvidable ante 7,000 entusiastas fans.
El concierto dio inicio puntualmente a las 21:30 horas, comenzando con “Como Querernos”, una de las joyas de su nuevo álbum “Miel de Azar”. Desde el primer acorde, el ambiente se llenó de una energía contagiosa que prometía una velada mágica.
A medida que avanzaba la noche, Siddhartha continuó deleitando a sus seguidores con éxitos como “Buscándote”, “Aurora” y “Bacalar”. Cada interpretación se vivió intensamente, y la conexión entre el artista y su público era palpable. La atmósfera se transformó en una verdadera fiesta de amigos, donde cada uno compartió sus propias emociones: melancolía, tristeza y amor.
Uno de los momentos más destacados de la noche fue cuando Siddhartha presentó una canción inédita, señalando que nunca habían dado una previa de la misma. “Cada quién le pone su propia experiencia; las canciones tienen un propósito. Nos reunimos aquí para sanar”, expresó, resonando con aquellos que han vivido momentos de dolor.
La noche también tuvo su cuota de nostalgia y reflexión, con momentos melancólicos que hicieron vibrar el corazón de los asistentes.
A continuación, Siddhartha ofreció un mix movido que incluyó “Acapulco”, “Algún Día” y “Loco”, reavivando la energía del recinto.
Un emotivo tributo a su familia llegó cuando dedicó “Diamantes” a su pareja y su hijo, compartiendo con el público la importancia de esos lazos. Reflexionó sobre su trayectoria, recordando sus inicios en un bar pequeño y cómo, con el apoyo de sus seguidores, había llegado a llenar un escenario como el de la Arena Monterrey. “Es impresionante pensar que todo lo que pasó nos trajo aquí. Gracias a todos ustedes”, afirmó, antes de interpretar “Ser Parte” y “Brújula”.
Siddhartha cerró su presentación con broche de oro, saliendo del escenario a las 11 de la noche para regresar con “00:00”, dejando a todos los presentes con una sensación de plenitud y conexión única. La noche fue un viaje emocional que permitió a los asistentes disfrutar de cada nota y letra, llevándose consigo una energía inexplicable y el deseo de volver a vivir momentos como este. Sin duda, fue una noche que quedará grabada en el corazón de todos los que estuvieron allí.
